viernes, 12 de marzo de 2010

Guerra abierta en BA tras la convocatoria de siete jornadas de huelga


El presidente de la aerolínea, Willie Walsh, acusó al sindicato de intentar romper la compañía y aseguró que la dirección hará lo posible para conseguir que operen el máximo número de vuelos durante esos días, con la ayuda de voluntarios.

La convocatoria de siete jornadas de huelga por parte del personal de cabina de British Airways (BA) durante el mes de marzo, en protesta contra el plan de la empresa de recortar salarios y cambiar las condiciones laborales, ha provocado una guerra abierta entre la dirección y los sindicatos.

Salvo acuerdo de última hora, decenas de miles de pasajeros se verán afectados por los paros convocados por el sindicato Unite entre los días 20 y el 22 y los días 27 y el 31 de marzo, tras el fracaso de las negociaciones entre las partes, que no se ponen de acuerdo sobre la fórmula para recuperar las cuentas de BA.

El presidente de la aerolínea, Willie Walsh, acusó al sindicato de "intentar romper la compañía" y aseguró que la dirección hará lo posible para conseguir que operen el máximo número de vuelos durante esos días, con la ayuda de voluntarios -incluidos pilotos- y el arrendamiento a otras aerolíneas de sus aviones y sus tripulaciones.

BA anunció la suspensión de la venta de billetes para los días de los paros y afirmó que, a la espera de dar a conocer un listado con los vuelos que serán cancelados, los pasajeros afectados pueden cancelar su reserva o cambiarla para otras fechas sin recargo.

La aerolínea calculó, no obstante, que el 50 por ciento de los vuelos se verán afectados si los paros finalmente se realizan.

Walsh afirmó que estará disponible para volver a las negociaciones en cualquier momento, aunque atacó con dureza a Unite.

"No hay ninguna justificación a la medida adoptada por Unite", dijo Walsh, quien añadió que "los cambios introducidos (por la empresa) son justos y razonables; se trata de garantizar el futuro de esta gran compañía y no vamos a dejar a Unite que la destruya".

El presidente de BA prácticamente descartó una solución antes de que empiece la huelga la semana próxima: "las propuestas sindicales que he visto se quedan cortas y requieren de la tripulación de cabina un recorte de sus salarios. Moralmente es un error".

La dirección de BA propone por su parte eliminar mil 200 puestos de trabajo, la reducción de la dotación del personal de cabina en los viajes de larga distancia y la congelación de los sueldos de la plantilla durante al menos dos años, entre otras medidas.

El secretario adjunto de Unite, Len McCluskey, lamentó que BA rechazara la oferta sindical y aseguró que hubiera permitido el ahorro de 63 millones de libras que persigue la aerolínea.

McCluskey consideró que la empresa "siempre ha buscado la confrontación y nunca tuvo la intención de llegar a un acuerdo".

"Son nuestros miembros los que están defendiendo ahora la marca de BA contra el 'estilo macho' de gestión de Willie Walsh", añadió el representante de Unite, quien añadió que no se descartan más paros a partir de mediados de abril si sigue sin haber un acuerdo.

British Airways, que el pasado mes de noviembre acordó un plan de fusión con Iberia, informó el mes pasado de unas pérdidas antes de impuestos en el último trimestre de 2009 de 50 millones de libras (57.3 millones de euros o 78.6 millones de dólares).

Según los expertos, los paros pueden representar unas pérdidas diarias de 25 millones de libras, aunque paradójicamente las acciones de la aerolínea se revalorizaron hoy en la Bolsa de Valores de Londres ligeramente por encima de 2.0 por ciento.

Los inversores obviaron la convocatoria de huelga y prestaron más atención a los datos facilitados por la empresa de que el negocio de primera clase y de "clase business", principal fuente de ingresos de British Airways, se ha recuperado en los últimos meses.

El primer ministro británico, Gordon Brown, hizo un llamamiento a las partes para que lleguen a un entendimiento durante la rueda de prensa que ofreció hoy junto al presidente francés, Nicolas Sarkozy.

"No sólo estoy decepcionado, sino que quiero ver una solución a esto lo antes posible. En mi opinión, es esencial que las partes sigan hablando incluso en este momento. Espero que lo hagan, pero les recuerdo del peligro y del riesgo que supone para la economía británica que las huelgas se lleven a cabo", manifestó.
Londres

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