El mandatario echó a andar un paquete de estímulo de 787 mil millones de dólares que impulsó en el Congreso el año pasado para apuntalar a la economía y elevar el empleo.
El presidente Barack Obama lanzó un plan previo a las elecciones legislativas de Estados Unidos para refocalizar sus esfuerzos en la recuperación económica, los que han sido opacados por el derrame de petróleo en el Golfo de México.
En un viaje a la región central del país, sacudida por la recesión, Obama dio el puntapié inicial a lo que la Casa Blanca considera una campaña para promover su plan de estímulo económico y políticas de empleo.
Dada la ansiedad pública por la fragilidad de la economía, que amenaza al Partido Demócrata de Obama en los comicios legislativos de noviembre, recobrar la fuerza de su agenda doméstica podría ser clave. Los republicanos pretenden arrebatarle el control del Congreso a los demócratas.
Obama echó a andar un paquete de estímulo de 787 mil millones de dólares que impulsó en el Congreso el año pasado para apuntalar a la economía y elevar el empleo, pero admitió que no todos han gozado de los beneficios.
"Las empresas están empezando a contratar de nuevo", comentó Obama.
"Nuestra economía, que se contraía 6 por ciento cuando asumí, ahora está creciendo de buena manera", agregó.
Sin embargo, añadió, que es consciente de que la economía "no está donde debiera estar".
Obama reconoció que demasiada gente en Ohio y en todo el país todavía no encuentra trabajo y "muchas más no pueden llegar a fin de mes".
Su visita a Ohio, un disputado estado en la última elección presidencial, se produjo al terminar una semana dominada por la crisis del gigantesco derrame de crudo de BP, el peor de la historia del país, que lleva casi dos meses en el Golfo de México.
Se esperaba que Obama dedicara gran parte de su atención este verano boreal a reforzar la economía y a reformar las regulaciones de Wall Street y del sector energético estadunidense.
Pero el derrame se ha llevado gran parte de su tiempo y vastos recursos de su gobierno.
Hasta ahora, la aprobación pública de Obama se mantiene por encima de 50 por ciento pese a las críticas de mucha gente respecto a que se demoró demasiado en mostrar liderazgo contra la crisis.
Ahora, el desafío de Obama es probarle a sus ciudadanos que puede enfrentar el desastre petrolero sin distraerse de sus principales prioridades políticas.
Columbus, EU
El presidente Barack Obama lanzó un plan previo a las elecciones legislativas de Estados Unidos para refocalizar sus esfuerzos en la recuperación económica, los que han sido opacados por el derrame de petróleo en el Golfo de México.
En un viaje a la región central del país, sacudida por la recesión, Obama dio el puntapié inicial a lo que la Casa Blanca considera una campaña para promover su plan de estímulo económico y políticas de empleo.
Dada la ansiedad pública por la fragilidad de la economía, que amenaza al Partido Demócrata de Obama en los comicios legislativos de noviembre, recobrar la fuerza de su agenda doméstica podría ser clave. Los republicanos pretenden arrebatarle el control del Congreso a los demócratas.
Obama echó a andar un paquete de estímulo de 787 mil millones de dólares que impulsó en el Congreso el año pasado para apuntalar a la economía y elevar el empleo, pero admitió que no todos han gozado de los beneficios.
"Las empresas están empezando a contratar de nuevo", comentó Obama.
"Nuestra economía, que se contraía 6 por ciento cuando asumí, ahora está creciendo de buena manera", agregó.
Sin embargo, añadió, que es consciente de que la economía "no está donde debiera estar".
Obama reconoció que demasiada gente en Ohio y en todo el país todavía no encuentra trabajo y "muchas más no pueden llegar a fin de mes".
Su visita a Ohio, un disputado estado en la última elección presidencial, se produjo al terminar una semana dominada por la crisis del gigantesco derrame de crudo de BP, el peor de la historia del país, que lleva casi dos meses en el Golfo de México.
Se esperaba que Obama dedicara gran parte de su atención este verano boreal a reforzar la economía y a reformar las regulaciones de Wall Street y del sector energético estadunidense.
Pero el derrame se ha llevado gran parte de su tiempo y vastos recursos de su gobierno.
Hasta ahora, la aprobación pública de Obama se mantiene por encima de 50 por ciento pese a las críticas de mucha gente respecto a que se demoró demasiado en mostrar liderazgo contra la crisis.
Ahora, el desafío de Obama es probarle a sus ciudadanos que puede enfrentar el desastre petrolero sin distraerse de sus principales prioridades políticas.
Columbus, EU
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