jueves, 24 de junio de 2010

Estados Unidos y Europa sellan una alianza de gigantes aéreos


El acuerdo bilateral de cielos abiertos, supondrá oportunidades de negocio por 12 mil millones de euros y la posible creación de 80 mil nuevos empleos.

Representantes de Estados Unidos y de la Unión Europea (UE) firmaron hoy en Luxemburgo la segunda fase del acuerdo bilateral de "cielos abiertos" por el cual se incrementará la competencia en el tráfico entre las dos regiones, los billetes se abaratarán y el clima sufrirá menos el impacto de la navegación aérea.

Los inversores europeos podrán tener a partir de ahora una participación mayoritaria en las aerolíneas estadounidenses, y los cielos del Viejo Continente se abren a su vez más a los norteamericanos, según el texto firmado en el marco del encuentro de los ministros de Transporte de la UE en Luxemburgo.

Una de las primeras consecuencias positivas que se esperan de este acuerdo, calificado de "histórico" por ambas partes, será el previsible abaratamiento de los billetes aéreos desde Europa con destino a Estados Unidos y viceversa.

Según datos de la Comisión Europea, esta nueva alianza aérea entre Europa y Estados Unidos supondrá oportunidades de negocio por valor de 12 mil millones de euros y la posible creación de 80 mil nuevos puestos de trabajo.

Estados Unidos y Europa se convierten de esta manera en la primera potencia mundial del sector aéreo en función de la cuota de mercado a escala global.

El convenio establece además regulaciones para mayores inversiones y la cooperación en la lucha contra el ruido.

Este nuevo texto satisface una de las exigencias planteadas hace tiempo por los europeos: la posibilidad de que los inversores del Viejo Continente puedan comprar la mayoría del paquete accionarial de una compañía aérea estadounidense.

Hasta la fecha, Estados Unidos sólo permitía que un accionista no estadounidense pudiera hacerse con un máximo de un 25 por ciento de las acciones de una compañía aérea estadounidense.

No obstante, para que pueda entrar en vigor debe ser ratificado por el Congreso estadounidense y por el Parlamento Europeo, en codecisión con el Consejo.

En su calidad de presidente de turno de la Unión Europea, en el Consejo de Transportes, el ministro español del ramo, José Blanco, aseguró que el acuerdo será decisivo para abaratar costes y reducir las emisiones de dióxido de carbono (Co2), el principal causante del efecto invernadero.

"En la práctica, el acuerdo facilitará un mayor acercamiento de los ciudadanos americanos y europeos, la apertura de nuevas rutas, con más y mejores ofertas, permitiendo también más crecimiento, más desarrollo económico y más empleo a ambos lados del Atlántico", aseguró Blanco.

"Es un acuerdo importante que va a afectar al 60 por ciento de vuelos transatlánticos. Va a suponer acortar distancias, va a suponer abaratar costes, va a suponer emitir menos C02 a la atmósfera. (...) es un acuerdo que apuesta por la sostenibilidad económica y
medioambiental, que va a favorecer a las compañías aéreas y a los ciudadanos", subrayó.

Este acuerdo, destacó, supone un "paso adelante en la relación transatlántica (...) y dará una "señal de apertura y mejora al resto de países del mundo".

En nombre de la Comisión Europea, el comisario de Transporte, Siim Kallas, también se felicitó por la materialización de esta segunda fase del acuerdo entre Europa y Estados Unidos.

"Este acuerdo es un punto de inflexión. Las compañías aéreas y los aeropuertos contarán con nuevas oportunidades de negocio", agregó.

El acuerdo firmado hoy supone un paso más respecto al texto anterior, que entró en vigor en 2008.

En virtud del acuerdo anterior, hoy en día cualquier línea aérea europea y estadounidense puede cubrir un número indeterminado de rutas entre cualquier punto de ambas regiones.

Otro de los aspectos del acuerdo de "cielos abiertos" es la importancia que ambas partes conceden a la protección del medio ambiente y a la reducción de la contaminación, incluida la acústica.
Luxemburgo, Alemania

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