Hace más de dos semanas, la OMC aceptó la queja brasileña sobre los subsidios concedidos por la Unión Americana a sus productores de algodón, y autorizó imponer una multa por 800 millones de dólares.
El representante comercial de Estados Unidos, Ron Kirk sostendrá una reunión con el canciller brasileño Celso Amorim, a quien le ofrecerá nuevos acuerdos para evitar las sanciones por 800 millones de dólares autorizadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Durante un encuentro sostenido con empresarios en Sao Paulo, al inicio de su primera visita oficial a Brasil, el enviado del presidente Barack Obama mencionó las posibilidades de firmar nuevos acuerdos en las áreas de inversión y doble tributación.
Además, dejó en claro que Washington no descarta ni siquiera la posibilidad de revivir las negociaciones en torno a un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y el Mercosur, estancadas desde el naufragio del proyecto del Área de Libre de las Américas (Alca).
"Tener en vigencia alguno de esos acuerdos puede ayudarnos a fortalecer lo que ya es una buena relación. Todos reconocen que es bueno tener una estructura más formal para las relaciones de comercio", dijo.
La Cancillería brasileña, a su vez, fue menos específica en torno a la agenda del encuentro entre Amorim y Kirk, y se limitó a informar que "las negociaciones de la Ronda Doha y la profundización del diálogo bilateral sobre comercio e inversiones están entre los temas a ser discutidos durante la visita".
Kirk llega a Brasil poco más de dos semanas después de que la OMC aceptara la queja brasileña sobre los subsidios concedidos por Estados Unidos a sus productores de algodón y autorizara al país sudamericano a imponer sanciones que, según los cálculos de la Cancillería brasileña, llegarían este año a 800 millones de dólares.
Al comentar el tema la semana pasada, Amorim dejó claro que el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva no renunciará al derecho de adoptar represalias comerciales, y que pretende hacerlas en sectores estratégicos, con el objetivo de convencer Washington de que cambie su política comercial.
"Nuestro objetivo no es el castigo o la venganza, sino el de estimular que Estados Unidos corrija su política", expresó el canciller, quien admitió la posibilidad de que parte de las represalias se refleje en la cancelación de patentes estadounidenses vigentes en Brasil, en especial las de la industria farmacéutica.
Kirk, sin embargo, tiene a esperanza de convencer Brasilia a desistir de las represalias comerciales: "Estados Unidos... espera que Brasil opte por no aplicar sanciones contra productos o propiedad intelectual norteamericanos", dijo a empresarios en la Cámara deComercio Americana (AmCham) de Sao Paulo.
El enviado de Obama argumentó que, en lugar de ello, Estados Unidos y Brasil deben estrechar su relación económica.
"Debemos expandir nuestros lazos, pasando a incluir más comercio, flujo de capital, inversiones, además de incluir un amplio abanico de actividades conjuntas en sectores como educación, salud, ciencias y otros", expresó.
El comercio entre Brasil y Estados Unidos totalizó 22 mil 915 millones de dólares entre enero y agosto últimos, lo que supuso un retroceso ante los 25 mil 122 millones de dólares registrados en los ocho primeros meses de 2006. Brasilia, Brasil
Durante un encuentro sostenido con empresarios en Sao Paulo, al inicio de su primera visita oficial a Brasil, el enviado del presidente Barack Obama mencionó las posibilidades de firmar nuevos acuerdos en las áreas de inversión y doble tributación.
Además, dejó en claro que Washington no descarta ni siquiera la posibilidad de revivir las negociaciones en torno a un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y el Mercosur, estancadas desde el naufragio del proyecto del Área de Libre de las Américas (Alca).
"Tener en vigencia alguno de esos acuerdos puede ayudarnos a fortalecer lo que ya es una buena relación. Todos reconocen que es bueno tener una estructura más formal para las relaciones de comercio", dijo.
La Cancillería brasileña, a su vez, fue menos específica en torno a la agenda del encuentro entre Amorim y Kirk, y se limitó a informar que "las negociaciones de la Ronda Doha y la profundización del diálogo bilateral sobre comercio e inversiones están entre los temas a ser discutidos durante la visita".
Kirk llega a Brasil poco más de dos semanas después de que la OMC aceptara la queja brasileña sobre los subsidios concedidos por Estados Unidos a sus productores de algodón y autorizara al país sudamericano a imponer sanciones que, según los cálculos de la Cancillería brasileña, llegarían este año a 800 millones de dólares.
Al comentar el tema la semana pasada, Amorim dejó claro que el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva no renunciará al derecho de adoptar represalias comerciales, y que pretende hacerlas en sectores estratégicos, con el objetivo de convencer Washington de que cambie su política comercial.
"Nuestro objetivo no es el castigo o la venganza, sino el de estimular que Estados Unidos corrija su política", expresó el canciller, quien admitió la posibilidad de que parte de las represalias se refleje en la cancelación de patentes estadounidenses vigentes en Brasil, en especial las de la industria farmacéutica.
Kirk, sin embargo, tiene a esperanza de convencer Brasilia a desistir de las represalias comerciales: "Estados Unidos... espera que Brasil opte por no aplicar sanciones contra productos o propiedad intelectual norteamericanos", dijo a empresarios en la Cámara deComercio Americana (AmCham) de Sao Paulo.
El enviado de Obama argumentó que, en lugar de ello, Estados Unidos y Brasil deben estrechar su relación económica.
"Debemos expandir nuestros lazos, pasando a incluir más comercio, flujo de capital, inversiones, además de incluir un amplio abanico de actividades conjuntas en sectores como educación, salud, ciencias y otros", expresó.
El comercio entre Brasil y Estados Unidos totalizó 22 mil 915 millones de dólares entre enero y agosto últimos, lo que supuso un retroceso ante los 25 mil 122 millones de dólares registrados en los ocho primeros meses de 2006. Brasilia, Brasil
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