La economista griega Miranda Ksafá, una ex alta funcionaria del Fondo Monetaria Internacional, menciona que Grecia debe recurrir de inmediato al FMI, lo que servirá para aumentar la credibilidad de los anuncios de reformas por parte del Gobierno.
Grecia volvió a descartar recurrir de inmediato a la ayuda externa para hacer frente a su grave crisis de endeudamiento, pese a la presión de los mercados financieros y antes de que la agencia de calificación Fitch rebajara su deuda y la situara a un paso de los llamados bonos basura.
La aproximación de la deuda de Grecia a los bonos de alto riesgo emitidos por una sociedad de baja solvencia (al pasar de BBB+ a BBB-) la justifica Fitch por las crecientes tasas de interés, y las "incertidumbres sobre la estrategia financiera del Gobierno (griego) en el contexto de una creciente volatilidad del mercado de capitales".
Según Fitch, el fuerte aumento en las tasas de interés, junto al deterioro del crecimiento económico pronosticado, dificultará al Gobierno el logro de sus objetivos fiscales para 2010: reducir el déficit hasta 8.7 por ciento del producto interior bruto (PIB) y garantizar que la deuda pública se sitúe en torno al 120 por ciento del PIB.
La decisión de esta agencia de calificación se produce, después de la presión ejercida en los últimos días por los mercados financieros con el argumento de que desconfían de la capacidad de Grecia para solventar por sí misma los problemas de su abultado endeudamiento, por lo que apuntan, como Fitch, hacia las ayudas externas.
Pese a ello, el ministro de Finanzas de Grecia, Yorgos Papaconstantínu, afirmó que Grecia no tiene intención de hacer uso de forma inmediata de ese mecanismo, acordado por la UE en marzo y que prevé ayudas a Atenas junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Papaconstantínu dijo que desde hace días se estudia una definición del mecanismo de ayuda las condiciones con las que funcionaría.
Tras tres jornadas de importantes recortes, la Bolsa de Atenas abrió este viernes con leves subidas, mientras el diferencial de los bonos griegos frente a los alemanes se redujo hasta 400 puntos básicos.
Grecia arrastra un déficit que supera 12 por ciento del producto interior bruto.
Según los analistas locales, el gobierno de Atenas confía en que los mercados recuperarán la credibilidad en el país, una vez que se definan las condiciones de apoyo a Grecia.
La esperanza de Atenas recae en las reacciones que habrá ante las cambios en las políticas de desarrollo de la economía que el ejecutivo socialista presentará la próxima semana, sumado a los cambios en el sistema de seguridad social.
La UE está a la espera de que Grecia ponga en marcha un programa de privatizaciones de empresas estatales como la telefónica OTE, los ferrocarriles OSE, un casino, la lotería y los juegos de azar, así como un mayor recorte del gasto público.
Pero algunos expertos consideran que Grecia al final no tendrá otra opción que la de recurrir a las ayudas externas.
La economista griega Miranda Ksafá, una ex alta funcionaria del FMI, afirmó que "Grecia debe recurrir de inmediato al FMI, lo que servirá para aumentar la credibilidad de los anuncios de reformas por parte del Gobierno griego".
Opinó que "se necesitarán medidas adicionales de ahorro para que el déficit se reduzca a 3 por ciento de PIB hacia 2012".
Ksafá agregó que "el mecanismo europeo tiene muchas zonas grises y la UE carece de la experiencia adecuada para apoyar, planear y controlar un programa de estabilidad".
Por su parte, el economista Yorgos Vitros, consultado por Efe en Atenas, también optó por el recurso al FMI y argumentó que "el país no puede levantar el peso de mantener el enorme sector público", con cerca de un millón de funcionarios.
Añadió que el FMI "exigirá a Grecia una reducción de su sector público y ejercerá presión sobre el sistema político heleno".
Mientras, el sindicato del sector público "Adedy" convocó hoy una nueva huelga de 24 horas, prevista para el 22 de abril próximo.
Los empleados del sector público protestan contra las medidas de ajuste anunciadas por el Gobierno del socialista Yorgos Papandréu, que pretende ahorrar este año unos 4.800 millones de euros.
Atenas, Grecia
Grecia volvió a descartar recurrir de inmediato a la ayuda externa para hacer frente a su grave crisis de endeudamiento, pese a la presión de los mercados financieros y antes de que la agencia de calificación Fitch rebajara su deuda y la situara a un paso de los llamados bonos basura.
La aproximación de la deuda de Grecia a los bonos de alto riesgo emitidos por una sociedad de baja solvencia (al pasar de BBB+ a BBB-) la justifica Fitch por las crecientes tasas de interés, y las "incertidumbres sobre la estrategia financiera del Gobierno (griego) en el contexto de una creciente volatilidad del mercado de capitales".
Según Fitch, el fuerte aumento en las tasas de interés, junto al deterioro del crecimiento económico pronosticado, dificultará al Gobierno el logro de sus objetivos fiscales para 2010: reducir el déficit hasta 8.7 por ciento del producto interior bruto (PIB) y garantizar que la deuda pública se sitúe en torno al 120 por ciento del PIB.
La decisión de esta agencia de calificación se produce, después de la presión ejercida en los últimos días por los mercados financieros con el argumento de que desconfían de la capacidad de Grecia para solventar por sí misma los problemas de su abultado endeudamiento, por lo que apuntan, como Fitch, hacia las ayudas externas.
Pese a ello, el ministro de Finanzas de Grecia, Yorgos Papaconstantínu, afirmó que Grecia no tiene intención de hacer uso de forma inmediata de ese mecanismo, acordado por la UE en marzo y que prevé ayudas a Atenas junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Papaconstantínu dijo que desde hace días se estudia una definición del mecanismo de ayuda las condiciones con las que funcionaría.
Tras tres jornadas de importantes recortes, la Bolsa de Atenas abrió este viernes con leves subidas, mientras el diferencial de los bonos griegos frente a los alemanes se redujo hasta 400 puntos básicos.
Grecia arrastra un déficit que supera 12 por ciento del producto interior bruto.
Según los analistas locales, el gobierno de Atenas confía en que los mercados recuperarán la credibilidad en el país, una vez que se definan las condiciones de apoyo a Grecia.
La esperanza de Atenas recae en las reacciones que habrá ante las cambios en las políticas de desarrollo de la economía que el ejecutivo socialista presentará la próxima semana, sumado a los cambios en el sistema de seguridad social.
La UE está a la espera de que Grecia ponga en marcha un programa de privatizaciones de empresas estatales como la telefónica OTE, los ferrocarriles OSE, un casino, la lotería y los juegos de azar, así como un mayor recorte del gasto público.
Pero algunos expertos consideran que Grecia al final no tendrá otra opción que la de recurrir a las ayudas externas.
La economista griega Miranda Ksafá, una ex alta funcionaria del FMI, afirmó que "Grecia debe recurrir de inmediato al FMI, lo que servirá para aumentar la credibilidad de los anuncios de reformas por parte del Gobierno griego".
Opinó que "se necesitarán medidas adicionales de ahorro para que el déficit se reduzca a 3 por ciento de PIB hacia 2012".
Ksafá agregó que "el mecanismo europeo tiene muchas zonas grises y la UE carece de la experiencia adecuada para apoyar, planear y controlar un programa de estabilidad".
Por su parte, el economista Yorgos Vitros, consultado por Efe en Atenas, también optó por el recurso al FMI y argumentó que "el país no puede levantar el peso de mantener el enorme sector público", con cerca de un millón de funcionarios.
Añadió que el FMI "exigirá a Grecia una reducción de su sector público y ejercerá presión sobre el sistema político heleno".
Mientras, el sindicato del sector público "Adedy" convocó hoy una nueva huelga de 24 horas, prevista para el 22 de abril próximo.
Los empleados del sector público protestan contra las medidas de ajuste anunciadas por el Gobierno del socialista Yorgos Papandréu, que pretende ahorrar este año unos 4.800 millones de euros.
Atenas, Grecia
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